Opinión

Resistencias a la bancarización

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Recientemente llegué a un punto de venta agropecuario con la idea de comprar unas yucas, andaba limitada de dinero efectivo y pregunté si podía efectuar el pago en línea porque no veía el código QR. Sin titubear el dependiente respondió «nosotros no somos particulares, es al cash».

Días más tarde, fui a otro establecimiento con la intención de adquirir unos tomates e indagué por la posibilidad de abonar a través de los canales electrónicos, a lo cual el compañero me respondió «eso está en la oficina, está dando problema y hay que llevarlo a revisar».

Aún cuando por normativa ningún comerciante está autorizado a prohibirle al cliente el pago en línea, sucede, y lastimosamente con bastante reiteración. A pesar de los avances, este continúa siendo un proceso lleno de matices que más allá de las ventajas que representa, es apreciado en ocasiones como un problema.

Existen lugares en la geografía jaruqueña, como son San Antonio de Río Blanco, Caraballo y el Consejo Popular Tumba Cuatro donde la bancarización llega a convertirse en una angustia, porque los problemas de conectividad anulan o ralentizan la posibilidad de retribuir por código QR, y por ende hacen mayor uso del efectivo. Luego para extraerlo de la tarjeta deben trasladarse kilómetros, con la tensa situación del transporte, para llegar al banco situado en la cabecera municipal, ver cuál es la disponibilidad de efectivo para entregar, todo ello en momentos donde los cortes eléctricos limitan las operaciones.

Una carrera llena de obstáculos, que a más de uno lo ha hecho desistir. A meses de cumplirse dos años de la puesta en vigor de la normativa la cual regula todo el entramado legal, es tiempo de dar pasos firmes para que la mayoría no tenga que ir al cajero o una institución bancaria a extraer dinero, porque todos los bienes y servicios, en el sector privado o estatal puedan ser sufragados por canales electrónicos.

Urge resolver las trabas inmediatas y elaborar estrategias coherentes y atemperadas a las necesidades del pueblo. En un escenario marcado por el desabastecimiento, las carencias y dificultades sociales, deben primar las soluciones y no los impedimentos, para comenzar a crear las bases sólidas de un futuro donde todos ganemos, y pagar por una necesidad no sea una agonía.

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