Historias de mi pueblo

La arquitectura y el urbanismo en la Ciudad Condal

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Angel Ribot
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Recientemente analizamos varios significados de carácter sociocultural que tuvo para Jaruco el hecho de ser proclamada como Ciudad Condal. Y en esa ocasión mencionamos que existieron consecuencias de carácter arquitectónico y urbanístico también.

En efecto, la arquitectura monumental de tres sólidas construcciones identificó la Ciudad Condal de Jaruco. La primera data del año 1778 y su ejecución formó parte de los convenios asentados en los protocolos de la fundación: la Iglesia Católica de San Juan Bautista.

Paulatinamente se fabricaron otras dependencias importantes como el Ayuntamiento. El segundo edificio monumental quedó erigido a consecuencia del lógico crecimiento de un pueblo, cuyo gobierno colonialista necesitaba de un centro de retención apropiado en la zona.

Por ello, en el año 1869 realizaron su primera reconstrucción. Se trata de la Cárcel Municipal, que es en estos momentos el Museo de la localidad.

Durante el siglo XIX se mantuvo el plan de crecimiento urbanístico y se construyeron el Cuartel de Bomberos y el Casino Español.

Metafóricamente hablando, puede afirmarse que los edificios, con sus reparaciones y variantes en los elementos constructivos, con sus cambios de función generatriz, a excepción de la iglesia, constituyen otro eslabón más evidente, de la cadena a la cual hacíamos referencia y que mantiene, pues su presencia y posibilidad de disfrute, luego de más de dos siglos y medio, así se constata.

Las construcciones arquitectónicas jaruqueñas levantadas al calor de la proclamación de Jaruco como Ciudad Condal y sus espacios abiertos para el disfrute y la recreación popular, son el testimonio más expedito del significado que, sin lugar a dudas, tuvo y tiene para el municipio dicha condición.

La categoría de Ciudad Condal, condición que ostenta además, en el occidente del país, sólo Santa María del Rosario en la actual Provincia La Habana y que hace famosa a la Ciudad Condal por antonomasia, Barcelona, en España, cuyos habitantes se enorgullecen de ello y se encargan de mantener viva la tradición del nombramiento.

En el caso de Jaruco, todos los inmuebles del esplendor arquitectónico erigidos como consecuencia del crecimiento urbanístico de finales del siglo XVIII y principios del XIX, responden a la dinámica de la sociedad jaruqueña actual: la cárcel transformada en Museo Municipal; la Plaza de Armas en el Parque José Martí; el Casino Español devenido en Sociedad de Instrucción y Recreo Liceo de Jaruco, actual Círculo Social. El Ayuntamiento, sede del Poder Popular, etc.

Por último, las costumbres y el modo de vida de los jaruqueños en su lógico desarrollo social y cultural fueron generándose en torno al hecho de vivir en una Ciudad Condal a imagen y semejanza de las urbes españolas, cuyas tradiciones se cimentaron en derredor de la religión católica y la festividad del Santo Patrón San Juan Bautista, originando lo que fueran las verbenas de Jaruco, desde inicios del siglo XX.

También han constituido sucesos importantes la incorporación de una tradición rural proveniente de los ingenios y los esclavos: la festividad de las mascaritas, permitidas a aquellos por sus amos, cuyo proceso de transculturación resultó en los carnavales aceptados por los habitantes de la ciudad y puestos en práctica con esmero; el amor por la historia escrita; el disfrute de las representaciones teatrales; sin olvidar las raíces de la población campesina con su modo peculiar de divertirse: serenatas, guateques y controversias.

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