La casa de los Gandarilla
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Recorrer el centro histórico de la Ciudad Condal de Jaruco y observar detenidamente sus alrededores resulta remontarnos a más de dos siglos atrás. Precisamente esa sensación la viví hace algunos días cuando quedé impresionado por una casa, cuyo propietario es Manuel Gandarilla, amante de la arquitectura colonial.
Manuel: “Nuestra Casa se ubica específicamente en avenida 23, número 3207, entre 32 y 34, aquí en Jaruco, cerca de lo que años atrás era la Plaza de Armas de Jaruco.”
En esa casona típica del siglo 19, vive la familia Gandarilla, y así lo deja ver una placa en el frente de la vivienda.
Manuel: “Esta casa se nos entregó en usufructo en el mes de diciembre de 1980, y cuando nos interesamos por la casa muchas personas equivocadamente nos decían que había vivido el Conde de Jaruco, pero nosotros sabíamos que eso era un error.”
P: ¿En qué condiciones estaba su casa en el momento en que la adquirieron?
Manuel: “Estaba en precarias condiciones. Pero quedaban las paredes que se veía a simple vista su forma de construcción, con barro y piedra y otra parte que era en madera. La madera, como es lógico se fue deteriorando, porque estamos hablando de casas que datan de hace más de un siglo y medio; pero a pesar de que estaba muy mala, mi esposa y yo quisimos mejorarla.”
P: ¿Y por qué no, invertir en construir en una vivienda nueva, en lugar de realizar una rehabilitación a ese antiguo inmueble?
Manuel: Porque nos apasiona la historia, desde que nos casamos siempre soñamos con vivir en una casa antigua, o sea, que tuviera dentro todo el confort contemporáneo, pero que fuera una edificación antigua.”
P: ¿Y qué decidieron entonces?
Manuel: “Primero fue contratar a un arquitecto para que hiciera un plano general de casa, tal y como estaba en ese momento, y con los cambios que nosotros queríamos adicionarle. Pero se nos orientó que debíamos respetar la arquitectura de la casa, al menos en su fachada, para no romper el orden urbanístico de esta zona, de la Ciudad Condal de Jaruco.”
P: ¿Entre esos cambios pensaron derribar el arco que tienen en el patio lateral de la casa?
Manuel: “No, nunca quisimos hacerlo, porque forma parte de la construcción, y si queríamos preservar su estructura original, ese arco, al estilo Bizantino tenía que quedarse. De hecho es una de las principales atracciones de los que pasan por aquí, porque no todas las casas de hoy en día lo tienen, lo preservan.
Por estudios que nosotros hicimos alrededor de la casa nos dimos cuenta que por ese arco entraban los coches de los propietarios o visitantes, porque ese arco lleva a la parte trasera, que al parecer daba con los establos de la casa.”
jaruco-gandarilla-casaP: ¿En la restauración de la casa, encontraron algo diferente?
Manuel: “Sí, como no, vasijas de barro, una especie de grilletes, clavos, cazuelas, que por nuestra ignorancia, al principio cuando nos mudamos nos deshicimos de ellos. Ese fue un fallo nuestro, lo admito.”
P: ¿Y cómo realizaron la restauración de la casona?
Manuel: Tratamos de mantener como mismo estaba, la sala principal, con sus escalones en la entrada y los cuartos, fue lo que pudimos salvar. Para atrás entonces si ya realizamos las construcciones más modernas. Tuvimos que estudiar y pedir ayuda profesional y lograr mantener una pintura parecida a la que se utilizaba en la época del siglo 19; arreglamos su puerta los ventanales, el techo, que fue lo más difícil y parte del piso.”
P: ¿Una inversión que costó, cierto?
Manuel: Mucho. Pero, esa fue nuestra satisfacción. Yo estimo que otras casas de Jaruco pudieran mantener su estructura colonial, pero no todas las familias que viven en ella pueden hacerlo porque son arreglos muy caros, con tipos de madera específicos, los trabajos en metal también. No todos pueden hacerlo, Lo de nosotros fue un sacrificio muy grande, y viviendo de nuestro salario y con dos muchachos chiquitos. Claro, ya de grandes ellos también nos ayudan a mantener la casa como ustedes la ven en la actualidad.
P: ¿Cuán confortable es su casa?
Manuel: “Imagínese, lo de uno, es lo de uno, malo, bueno, o regular. Pero, es una casa muy fresca, porque estamos en la zona alta de Jaruco, y el aire es constante, entra mucho del este. Estamos en un lugar tranquilo, alejados del bullicio. Nos sentimos muy bien la verdad.”
P: Lo cierto es que la casa de la familia Gandarilla atrae a los lugareños y visitantes que detienen su mirada ante una casona que defiende aún nuestro patrimonio histórico y cultural”.