Dona sangre, dona esperanza

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El 14 de junio el mundo celebra el Día del Donante de Sangre. La efeméride instituida por la Organización Mundial de la Salud pretende una acción más para sensibilizar a la población y ayudar a quienes necesitan de una transfusión o de algún tratamiento a base de componentes sanguíneos.

La disponibilidad de sangre en Cuba ha disminuido en los últimos años, cuestión que afecta servicios médicos vitales como las cirugías de emergencia y el programa Materno – Infantil, así como las reservas que permiten enfrentar grandes accidentes o desastres naturales.

Muy a nuestro pesar vemos en las redes sociales, cada vez con mayor frecuencia, la petición de donaciones para personas que deben operarse, porque el sistema de salud se ha visto obligado a solicitarlas a los familiares antes de una intervención quirúrgica.

Las causas que provocan este desabastecimiento de sangre en los hospitales y otras instituciones de salud son varias como por ejemplo: el envejecimiento poblacional, la migración de jóvenes donantes, la crisis económica, los incumplimientos con los planes de donaciones por centros de trabajo y hasta el miedo personal a donar para otro y que después un familiar propio lo necesite antes de que se cumpla el tiempo establecido para volver a hacerlo.

Las estadísticas mundiales demuestran que ocho de cada diez personas necesitarán sangre ajena o sus derivados en algún momento de sus vidas.

Donar sangre es el único modo de obtener el vital tejido líquido que no se ha podido fabricar en ningún laboratorio.
Donar no implica riesgos para la salud. Para hacerlo solo necesitas tener entre 18 y 65 años de edad y pesar más de 50 kilogramos. Las personas hipertensas controladas también pueden hacerlo si en ese momento tienen la tensión normal.

Dona sangre, dona esperanza, es el lema que acompaña el Día Mundial del Donante de sangre en el año 2025 y en esta jornada llegue la felicitación para todos aquellos que ofrecen su brazo de manera desinteresada, porque aunque resulte insuficiente, no son pocos los ejemplos de jaruqueños que acuden prestos cuando un vecino o conocido necesita de una donación.

No dude en el futuro olvidar el temor a las agujas, las ligas y las batas verdes. Hacer el bien gratifica y ser solidarios es algo que nos identifica como ciudadanos de bien.