Opinión

Jornada de la cultura jaruqueña, ¿un esfuerzo suficiente para mantener las tradiciones?

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Imágenes antiguas de las Verbenas de San Juan en Jaruco, tomado de Casa Cultura Ciudad Condal

La tradición jaruqueña habla de las Verbenas de San Juan, fiestas enmarcadas alrededor del 24 de junio, día del nacimiento de San Juan Bautista, santo católico patrono de la localidad.

Cuentan que antaño las fiestas tenían lugar en la manzana donde está ubicado el centro histórico y se lograba una atmósfera que rompía con la acostumbrada monotonía del pueblo. Amenizaban el ambiente pencas de guano, telas desplegadas anunciando los festejos, juegos de participación, la banda de música, aparatos para la diversión y quioscos criollos para la venta de fiambres, algodón de azúcar y competencias culinarias.

Imágenes antiguas de las Verbenas de San Juan en Jaruco, tomado de Casa Cultura Ciudad Condal

En la noche del 23 de junio se quemaban muñecos para marcar la llegada del verano con el fuego como elemento purificador, tradición conocida como la quema de las barbas de San Juan.

Imágenes antiguas de las Verbenas de San Juan en Jaruco, tomado de Casa Cultura Ciudad Condal

El amanecer del 24 llegaba con la diana para despertar a todos y luego, después de la procesión del santo, sonaban las más afamadas orquestas de la época en el liceo o en la glorieta.

Aunque no estaban contemplados dentro de las verbenas, el domingo en la tarde resonaban en Jaruco los tambores de Ma’Isabel y sus cantos de religión afrocubana.

Desde hace varias décadas la Ciudad Condal organiza por esa fecha la Jornada de la Cultura Jaruqueña, con el objetivo de mantener vivas las tradiciones.

Pero, ¿estas jornadas cumplen verdaderamente su objetivo? Pregunté a varios jóvenes si conocían que fecha marcaba el día de la cultura de Jaruco y no sabían, indagué por nuestras tradiciones, tampoco sabían y otros jaruqueños, pasados de los 30, no conocen de la ceremonia de encendido de faroles y cambio de guardia.

La mayor parte de las actividades de la pasada jornada cultural se quedaron puertas adentro del museo, la casa de la cultura o la biblioteca, con muy pocos participantes, casi todos trabajadores del sector de la cultura, mientras la atmósfera del pueblo continuó siendo la misma.

El proyecto Entre Muros y Colores planificado para esta jornada no pudo ser y paradójicamente el sábado 24 los artesanos no estuvieron en los portales del área comercial y solo 2 exponían sus artículos en la biblioteca. Tampoco hubo juegos de participación para niños ni ofertas de la gastronomía particular o estatal.

Los Rumberos de Mayabeque, mostraron una actuación de calidad en la plaza, pero ante un público que no los esperaba y que al pasar se detenía.

Alguien me comentó, ¿por qué el público no aplaude si evidentemente está disfrutando? Sin ser especialista ni mucho menos pensé que los artistas estaban mal ubicados. De seguro en el Barrio Azul, en una actividad acompañada de promotores culturales, el impacto hubiese sido mucho mayor.

La Gala de clausura ocurrió en el antiguo liceo, ahora renovado para beneplácito de quienes amamos a Jaruco. Demostró una vez más que talento de calidad sobra en Jaruco, aunque pudo tener mayor variedad y presencia de público. Tarea pendiente para los especialistas de cultura quienes deberán analizar temas relacionados con el horario, el lugar y el alcance de la divulgación.

Este año, luego de un prolongado silencio, sonó en Jaruco la diana para dar inicio a la jornada cultural. También nuevamente se quemaron las barbas de San Juan, la felicitación para la obra plástica del instructor Víctor Llerena, pero la actividad llegó un día después de lo anunciado y nadie explicó la muda práctica, por lo que un grupo reducido de jóvenes presentes preguntaban entre ellos por qué le daban candela a un muñeco si no era 31 de diciembre.

La procesión en honor al Santo Patrono, con la presencia del Cardenal cubano, Monseñor Juan de la Caridad García Rodríguez, ocurrió con la ferviente asistencia de los feligreses. Sin embargo, no resultó palpable el esfuerzo por limpiar las calles previo al momento, organizar el tráfico, o simplemente acompañar este momento tradicional desde lo gubernamental.

Las actividades religiosas son parte del patrimonio cultural de la nación, en una Cuba que lucha por ser más inclusiva y respetuosa. Es un patrimonio intangible, y representa también nuestra nacionalidad.

Del 19 al 24 de junio en la Ciudad Condal no había ambiente de celebración, y a esto contribuye que desde hace muchos años en Jaruco las fiestas populares no coinciden con la jornada de la cultura, restando colorido y masividad a la celebración.

La tradición es algo que se hereda y forma parte de la identidad. Si no se fomenta con regularidad se pierde. No se ama lo que no se conoce y mucho menos se arraiga lo que no se practica.

Las bases de nuestra cultura están en el pueblo y la suma de las tradiciones locales constituyen el tronco cultural del país. De poco sirve el esfuerzo si lo opacamos con improvisación. Es momento de hacer cultura con ciencia, aplicando el estudio y la investigación.

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