Opinión

Contribuir a la transportación es un deber

Visitas: 195

Agobiado por el intenso calor y a punto de la desesperación, permanecía un padre y su hijo en la localidad jaruqueña de La Unión. Ante sus ojos transitaban los carros estatales con capacidad para recoger y los choferes, con total indiferencia, no detenían la marcha.
Así, auto tras auto, por más de una hora el señor hacía señas, pues albergaba la esperanza de que alguien cumpliera con las medidas para apoyar la transportación masiva de pasajeros puestas en vigor en Mayabeque desde el 16 de enero de 2023.

Para su pesar nunca fue así, logró llegar a Jaruco porque un particular decidió ayudarlo.

Lastimosamente esta historia se repite día tras día, sin importar el itinerario marcado, porque con un parque automotor deteriorado y disminuido, le resulta imposible al colectivo de la Unidad Empresarial de Transporte del municipio mantener un servicio de ómnibus público capaz de satisfacer la demanda de la población.

Según establece la normativa (vigente) los conductores estatales tienen la obligación de parar y recoger en dependencia de su capacidad. En caso de presentar alguna falla técnica u otra dificultad debe frenar y explicar las razones, incluso en aquellos sitios donde la propia población “pida un aventón”.

A cuatro meses de implementada la regulación, me atrevo a decir que pocos recuerdan lo dispuesto y muchos continúan haciendo caso omiso, porque la falta de sensibilidad, la indolencia y el irrespeto son males que corroen nuestra sociedad.

En los momentos actuales donde escasea el combustible, la carencia de transporte resulta más notoria. El número de porteadores privados en las carreteras y paradas disminuye, mientras los precios de los pasajes van rumbo al infinito y más allá.

En las circunstancias actuales, la alternativa a corto plazo a aplicar es la de hacer un uso eficiente de los limitados recursos que disponemos. Pudieran pensarse en un sistema de piquera de carros estatales en los horarios picos de la mañana y la tarde, ampliar la ubicación de inspectores estatales hacia otros puntos, así como sus facultades legales a la hora de detener los vehículos.

Este es un problema histórico, pero innegable resulta que es hora de aligerar la cotidianidad de un pueblo, marcada por problemas económicos. Frenar y recoger una persona no cuesta, sin embargo, es una forma de contribuir a que personas de diversas profesiones continúen construyendo el país que anhelamos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Facebook
Twitter
YouTube
Telegram