Opinión

Creer en los jóvenes

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El Día Mundial de la Juventud se celebra cada 12 de agosto, desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobara la fecha en 1999.

La realidad cubana de hoy enciende bombillos rojos. Vivimos en un contexto de crisis donde comienzan a ser reales problemas que involucran fundamentalmente a la juventud, como son las drogas, la violencia creciente y otros más sutiles, como el deterioro de la ruralidad en un país bloqueado y carente de alimentos. Los jóvenes, desde hace años, no ven en el campo y sus costumbres una posibilidad de vida.

Los fenómenos migratorios dentro y hacia afuera del país denotan que, en un número creciente, los jóvenes cubanos no ven sus proyectos aquí.

Recientemente se aprobó en Cuba un nuevo Código de la Niñez, la Adolescencia y la Juventud, con un carácter progresista. El texto legal incorpora principios de corresponsabilidad familiar, comunitaria e institucional; así como mecanismos para la participación activa de los jóvenes en la vida social y política del país.

Nos dota de mecanismos de denuncia y respuesta ante problemas que pueden surgir en situaciones de vulnerabilidad. La familia cubana debe conocerlo e identificarse con él. Los líderes comunitarios y todos los que tenemos una responsabilidad social debemos velar por conocerlo, su aplicación y seguimiento.

Pero no basta con un sistema robusto o el compromiso institucional, cuando es necesario que cada cual se sienta responsable de la implementación del documento.

La realización de sueños y expectativas en nuestros jóvenes depende de que las políticas aprobadas se apliquen de forma coherente.

En casi todos los espacios laborales y políticos somos los de mediana edad y hasta los jubilados reincorporados quienes llevamos la voz cantante. Pero, no en pocos casos, esta es la vía menos difícil.

Creer en la juventud entraña el riesgo de invertir tiempo y esfuerzo en su preparación y luego tener que asumir nuevas ideas y otros métodos que pueden dar al traste con nuestra zona de confort.

Enseñar y confiar en la juventud entraña también el peligro de tener que aprender para no quedarnos rezagados. Los jóvenes deben sentir que tomar decisiones puede llevarlos a ganar responsabilidades y también oportunidades.

También hay en la actualidad cubana jóvenes emprendedores, muchos que se enfrentan al dilema del transporte y los precios, se sacrifican para estudiar y graduarse. Hay jóvenes en pelotones cañeros, al frente de los cuerpos de guardia de los hospitales o reparando averías en las termoeléctricas.

Este 12 de agosto, Día Mundial de la Juventud, tiene como idea fundamental «Fomentar la participación de los jóvenes en el destino de sus naciones», porque el futuro de la patria depende irremediablemente de las nuevas generaciones.

Entender esto a cabalidad guio la idea siempre visionaria del Comandante en Jefe Fidel cuando expresó:
«Creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad y la convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas.»

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