Opinión

Por una sociedad más inclusiva.

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En Cuba el acceso a un empleo digno es prioridad de primer orden, esa es una verdad confirmada. Cualquiera de nosotros, al terminar los estudios tiene garantizado un puesto de trabajo.

En dependencia de nuestra capacidad intelectual y esfuerzo personal podemos ser médicos, maestros, ingenieros o prestar servicios en oficios como la albañilería, carpintería u otros. De la remuneración que nos aporte ese puesto laboral, podemos darle un rumbo a nuestras vidas y ser económicamente independientes, algo que vale sobremanera.

El empleo que cada cual decida no es precisamente el tema que ocupa mi comentario; me preocupan otros: esos que viven con capacidades diferentes y no encuentran un empleo digno que los inserte en la sociedad y que además les sirva de sustento.

Se conoce acerca de la garantía de estudios que ofrece la educación cubana para todos los que por una u otra razón presenten alguna condición física o intelectual que los hace estar en situación de vulnerabilidad. En función de ellos están abiertas en todo el país, las escuelas especiales y también tienen a su disposición un grupo de maestros dentro de la enseñanza regular pero, ¿Qué ocurre con estas personas una vez concluida la vida estudiantil? ¿Todos disponen de ubicación laboral?

Los de más experiencia me cuentan que en Jaruco antiguamente existían más posibilidades para estos muchachos. Una vez terminada la escuela se dedicaban a pequeños oficios donde predominaban las manualidades y de esta manera daban su aporte a la sociedad.

En entrevista con Lucía Labrador y Vivian Sánchez, presidentas de la ACLIFIM y la Asociación Nacional de Ciegos en el municipio, destaca esta problemática que, según las entrevistadas, desde el surgimiento de la pandemia de la Covid-19 hasta la fecha, se torna más difícil a causa de la carencia agravada de materias primas.

Afirman que ya el taller El Inglesito, sitio donde creaban cestos, sobres y otros utensilios, no cuenta con la capacidad que tenía en años anteriores y varios de sus trabajadores están disponibles. ¡Triste situación en medio de tantas carencias!

Por otro lado, desde el departamento de empleos en la dirección de Trabajo y Seguridad Social en Jaruco, afirman que no se trata de personas a las que cualquier puesto de trabajo les venga como anillo al dedo. Para eso hay que ser selectivos y ubicarlos donde puedan desenvolverse y a la vez aportar a la sociedad.

Muchas familias de Jaruco con hijos de capacidades diferentes sintieron alivio al conocer el artículo 89 de la Constitución de la República referido a brindar mayor protección legal a este grupo de la población, más adelante fue noticia la creación de la Asociación de personas en Situación de Discapacidad Intelectual que hoy, en el municipio no está debidamente atendida. Las leyes están, es cierto, pero ¿Cuánto de ello se pone en práctica? Toca a los gobiernos locales pensar en una solución verdaderamente inclusiva a pesar de los obstáculos que impone el día a día. Para algunos de nosotros se trata de ofrecer un simple trabajo, para muchos de ellos es alcanzar un triunfo.

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