Hagamos nuestra propia democracia

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Elecciones Nacionales, otro domingo de colegio y urna, el tercero en menos de seis meses. Ardua tarea para quienes tienen la responsabilidad de rectorar y organizar, conformar listados de electores, repartir citaciones, llenar torpedos, aunar y clasificar informaciones.

Las autoridades electorales cubanas son mujeres en su mayoría, personas que sin abandonar sus obligaciones laborales y personales, y sin pago alguno, asumen esta responsabilidad. Se caracterizan por ser personas comprometidas, de esas que no se amilanan por acomodar sus rutinas y ocupar su domingo de descanso para aportar al bien común. No están hechas de otro material, son gentes del pueblo, convencidas de que nuestra democracia tenemos que construirla en casa y que los procesos eleccionarios son un eslabón fundamental.

En esta ocasión, elegimos a los futuros diputados a la Asamblea Nacional, lugar donde toma asiento por igual el obrero y el intelectual, personas que tienen la responsabilidad de aprobar las decisiones que rigen la vida económica y social de nuestro país.

Usted tiene la posibilidad de elegir cuantos candidatos estime conveniente, marcar por todos, o por ninguno. Ejercer el voto es un derecho constitucional que no debemos desaprovechar si deseamos tener protagonismo ciudadano.

En una situación económica difícil, con bombardeo constante de manipulación mediática, quienes buscan un cambio de sistema en Cuba aprovechan para tratar de desmovilizar a la población en contra del acto electoral.

En estos tiempos duros, no faltará a quien no le alcance las fuerzas y la fe. Pero también somos muchos los que apostamos por un mejor futuro para nuestro país y sabemos cuánto significa mantener la unidad.

Este domingo apostemos por Cuba y la democracia. Votar no es un acto de disciplina, es una acción de conciencia y responsabilidad con la Patria.