Más que girasoles, ofrece Luis.
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En su bicicleta, acondicionada para transportar carga, desanda Luis Almaguer la Ciudad Condal. Por estos días, llama la atención de los transeúntes los destellantes girasoles, sin embargo, según la época del año y la disponibilidad de semillas, en su carromato pueden verse flores o vegetales.
Aprovechando una de esas paradas hechas por el productor en la céntrica avenida 25, muy cerca de Radio Jaruco, dialogué con el amable señor de los girasoles acerca de la diversidad en su parcela, de referencia municipal.
LA: “Tengo todo sembrado, en producción lo único que tengo es girasol y lechuga, y ahora tengo sembrado habichuelas, quimbombó, plátanos y ají cachucha. Tengo ganado menor y mayor y aves también”.
P: ¿Cómo está usted resolviendo el tema de las semillas que se que hoy es una de las preocupantes para los productores?
LA:“ Bueno una parte de las semillas las produzco yo mismo, y la otra parte, las que yo resuelva por ahí. Ahora pienso sembrar zanahoria, remolacha y pepino”.
P: ¿Qué destino le da usted a las producciones?
LA: “Para el pueblo, a veces llevo a los círculos de abuelos y a la agricultura urbana”.
P: ¿Cuáles son esos retos o sueños que tiene usted que no ha podido cumplir en su pequeña parcela?
LA: “Conseguir un tapado para sembrar lechuga para el pueblo el año entero, pero no se me ha dado aún”.
Las miradas curiosas de peatones, la pregunta de un cliente, el claxon de los autos y hasta el sonido estrepitoso de los carros marcaron el ritmo de la conversación con Luis, un hombre de campo.
LA: “Yo nací para esto, le tengo amor a la agricultura”.
En 8 años de trabajo de sol a sol, Luis Almaguer transformó su parcela en un espacio productivo, cuyos frutos benefician a su familia y a la alimentación de su pueblo adoptivo, Jaruco.
