Renacer desde los escombros del alma

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A veces el amor no llega como lo soñamos, sino como una prueba. Como un incendio que arrasa con todo lo que fuiste, con todo lo que diste. Y ahí estás tú, recogiendo las cenizas, con las manos quemadas y el corazón hecho polvo.

Porque sí, diste todo.
Diste tu tiempo, tu energía, tus días buenos y tus noches en vela.Le apostaste a un amor que creías recíproco, solo para descubrir que estabas solo en la batalla.

Le apostaste a un amor que creías recíproco, solo para descubrir que estabas solo en la batalla.
Y mientras tú curabas heridas ajenas, las tuyas se abrían más. Te olvidaste de ti, intentando que el otro no se sintiera solo. Te hiciste fuerte para esa persona, pero débil para ti. Y lo más duro no fue que se fuera… fue que se quedara para seguir rompiéndote.

Te desgastas.
Te rompes.
Te desdibujas tratando de pintar de colores la vida de alguien que solo vive en escala de grises.
Y un día, te das cuenta de que no queda nada.
Ni fuerza. Ni rumbo. Ni tú.

Es duro amar bonito a alguien que no está dispuesto ni a cuidarte roto. Es cruel que te digan «eres lo mejor que me ha pasado», justo después de destruirte. Pero más duro aún es el silencio que se queda, ese que grita mientras todos te juzgan por llorar.

No estás loco por sentir tanto.
No estás débil por quebrarte.
No estás solo, aunque la soledad te muerda cada noche.

Hoy, no vengo a decirte que todo pasará. Vengo a recordarte que sobreviviste. Que sigues aquí, aún con el alma hecha trizas, recogiendo pedacitos de ti en medio de las ruinas. Y eso, amor mío… también es un acto de valentía. Un paso hacia tu renacer.

Porque renacer no es volver a ser quien eras… Es comenzar desde cero, con cada cicatriz como testigo, con cada herida como cimiento. Es volver a mirarte con amor, después de haber sido ignorado. Es sanar poco a poco, sin prisa, sin culpa, sin miedo.

No es tu culpa haber amado de más. No es tu vergüenza haberte roto. Tu sensibilidad no es debilidad: es tu superpoder. Un día, sin darte cuenta, dejarás de llorar por lo que fue. Y comenzarás a celebrar lo que ahora eres.

Yazmín Hidalgo