La joven que ilumina las calles de Jaruco
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Quien camina por la calle 22 de Jaruco, un poco más adelante de las conocidas Cuatro Esquinas, podrá ver a Yudeisy Salgo Morales sentada en su portal saludando a cuanta persona transite por allí.
Esta presumida muchacha de 37 años de edad, tiene el don de socializar a pesar de la situación discapacidad que la acompaña de nacimiento. Así nos cuenta su mamá María del Carmen Morales Álvarez.
MCMA: “Ella es RM severo porque tiene una lesión severa en el lado izquierdo debido a un nacimiento complicado. Mi niña estuvo muy grave y pasamos 16 días en San José. Estuvo en una incubadora, pero lograron salvarla. Sin embargo, ella es epiléptica a causa de esa lesión. También presenta alergias y debilidades visuales debido a eso. Ha pasado casi 9 años desde que comenzó a hablar en oraciones. La llevé a la sala de rehabilitación, pero su tiempo allí fue breve, ya que fue cuando mi mamá se agravó”.
Desde entonces María del Carmen Morales dejó su trabajo y se dedicó en cuerpo y alma a cuidar de su única hija sin más ayuda que la que ella fuera capaz de proporcionarse.
Cuenta que por esos años la máquina de coser se volvió su mejor aliada y con una costura aquí y un remiendo por allá lograba sustentar el hogar modestamente. Un buen día sin ella esperarlo recibió lo que hoy considera como la primera señal de apoyo desde la Asistencia Social. MCMA: “Cuando Fidel realizó aquel censo de niños con problemas, comenzaron a darme unos bonos de 50 pesos. Con el tiempo, he recibido ayuda económica que hasta ahora se ha incrementado a 3210 pesos mensuales, los cuales me pagan el primer día de cada mes en el correo, por la asistencia social como madre trabajadora que dejó de laborar para cuidar a su hija enferma. Además, me proporcionan los medicamentos para la epilepsia de mi hija de forma gratuita. Cuando hay ayudas a la asistencia, también me han dado ropa, sábanas y 2 toallas, así como una mesa con 4 sillas muy bonitas y tapizadas. Tengo una trabajadora social que me apoya, y no tengo quejas; he sido bien atendida”.María del Carmen es agradecida, según me cuenta jamás se ha sentido abandonada por la Asistencia Social. Deposita toda la confianza en ese departamento por mantenerse al tanto de su hija, su más sagrado tesoro, a la que también la han favorecido con mejores condiciones de vida.MCMA: “A mí me dieron un subsidio de 73,600 pesos, y en mutuo acuerdo con mi hermana, dividimos la casa: una parte para ella y otra para mí. La parte que me correspondía era la más deteriorada, con paredes que se estaban cayendo y tapadas con cajas de cartón que yo había colocado en 2015. Logré conseguir una ayuda para hacer mejoras en la casa con los términos del subsidio, y empezaron a construir mi casita el 2 de febrero. Los albañiles se retiraron el 30 de junio. Tengo mucho que agradecer y no puedo olvidar la mano que me ayudó. Por eso, debo ser leal y reconocer siempre esa ayuda; tengo que ir hasta el final agradeciendo”.María del Carmen y yo conversamos largo y tendido, Yudeisy solo interrumpió la entrevista para echar en mi bolso de trabajo el dibujo que me hizo para que siempre la recuerde.
