Por una actitud responsable ante el uso de tecnologías

Más común de lo que creemos se ha vuelto el manejo de las tecnologías para niños, adolescentes y jóvenes. Se conoce que el grupo más conectado oscila entre los 15 y los 24 años de edad, pero, ¿conocemos realmente lo que buscan dentro de un dispositivo electrónico conectado a Internet? ¿Qué tan enterados estamos los adultos de los riesgos que corren nuestros hijos con lo que miran en las pantallas de sus tabletas o celulares o cuando comparten, sin percibirlo, datos personales?

En ese sentido y al ritmo que lleva la vida en materia de avances tecnológicos, se vuelve un poco difícil prohibir el acceso a las Tecnologías de la Información o pretender que solamente busquen lo que sea necesario para su educación. Nuestros hijos hacen mucho más que esto, porque están en etapa de descubrir el mundo que los rodea y nada más fácil para ello que deslizar el dedo por la pantalla o preguntar en el buscador de Internet.

En los últimos años el celular y el joven que lo porta parecen estar fundidos en un mismo cuerpo. La mayoría de nuestros muchachos se niegan a separarse de su dispositivo porque creen que en ello les va la vida. Es lo primero que miran al despertar, incluso antes de dar los buenos días a los miembros de la familia, y es la última imagen que guardan antes de dormir.

Es increíble la manera en que se las ingenian para entrar a las escuelas portando sus teléfonos a pesar de las tantas prohibiciones que impone la educación referidas a ese tema. Lo usan como apoyo a la docencia, y en verdad constituye una vía rápida y eficaz para quienes tienen bien creadas las habilidades, pero también lo emplean para acosar a otros en el ciberespacio y, créame, eso sí es peligroso.

De niños, adolescentes y jóvenes y su actitud responsable ante el uso de las tecnologías hay mucha tela por donde cortar. Por ejemplo, en los tiempos que corren se habla de estafas y de cuentas hackeadas entre otros temas que abordaremos en un nuevo comentario. Por ahora nos queda estar al tanto de lo que consumen nuestros hijos a través de las tecnologías y seccionarnos de que mantengan frente a ello una actitud responsable.