Jaruco

Entrevista a Nelvis Reyes Reyes

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Transcurrieron varios meses de mi primera visita a la Finca La Fortuna en la localidad de Tumba Cuatro, y recién me reencuentro con la productora de la Cooperativa de Créditos y Servicios Sergio González, Nelvis Reyes Reyes. En esta ocasión en el centro histórico de la Ciudad Condal, un escenario bullicioso y alejado de su remanso de paz.

Al vernos intercambiamos saludos, y con la familiaridad que define a la mujer campesina, me invitó a sus tierras para que constatará como continúa diversificando cultivos y aprovechando cada espacio de las siete hectáreas entregadas en usufructo en la producción de alimentos.

NRR: «En mi finca cuento con dos platanales dedicados directamente a la producción. Además, cultivo frijoles negros, yuca y tomate de dos variedades resistentes a las condiciones climáticas actuales. En cuanto a frutales, dispongo de una hectárea de mango y media hectárea de guayaba».

P: ¿Cual es el destino que ustedes le pueden dar a sus producciones?¿Cómo les está resultando esa situación?

NRR: «Aunque resulta difícil, se está haciendo el esfuerzo necesario para cumplir con los requisitos de la escuela y, así, obtener un cupo para el círculo infantil de Jaruco. Además, se están enviando las producciones correspondientes».

P: ¿Pero, que sucede en el pico de cosecha con todas las producciones?

NRR: «El problema radica en que, cuando hay mayor producción, falta personal para la recolección, lo que genera pérdidas significativas. Aunque se solicitan hombres y mujeres para trabajar en el campo, y yo lo hago porque me gusta, la situación es complicada. No hay transporte disponible, ni se presenta nadie que pueda llevar la cosecha, ni se formaliza el contrato necesario. Este año ya gestioné la contratación para la temporada de mango, que es lo que más pérdidas me ocasiona, ya que el resto de la producción se destina a la cooperativa, cumpliendo con los planes de producción establecidos”.

P: ¿Cómo lleva el tema del impago?

NRR: «Me afecta considerablemente que la agricultura no me haya pagado nada desde el año pasado. Para sostener la finca, que es extensa, crío animales como carneros. Cuando veo que no puedo pagar a los dos trabajadores permanentes que tengo, vendo algunos carneros y con ese dinero les pago, ya que hay temporadas sin cosecha y ciertos cultivos no prosperan por falta de mano de obra. Es importante destacar que, como mujer, no le temo al trabajo en el campo, pero la situación es difícil debido al clima. Los días de mucha lluvia y las neblinas son perjudiciales para la producción, además del problema de los robos. Los delincuentes esperan a que llegue a casa cansada y, durante el día, se llevan mi producción. También tengo bueyes, a los que cuido todas las noches con la ayuda de mi perro guardián. Ellos son mi principal defensa, ya que si me los robaran, quedaría completamente imposibilitada para trabajar la tierra”.

P: ¿Con el tema del déficit del combustible, como se las ingenia para trabajar?

NRR: «Además de contar con un criadero de pollos y mis bueyes, también dispongo de semillas para proveer a otros productores. Mi experiencia me permite instruirlos y, además, presto mis bueyes para que puedan trabajar sus tierras».

P: ¿Cuáles son los restos que tienes para este nuevo año en la finca?

NRR: «Este año me propuse aprovechar al máximo cada rincón de mi terreno, y plantaré plátanos en cada espacio disponible, creando así cuatro platanales”.

P: ¿Ustedes en la cooperativa tienen creada la interrelación FMC y ANAP?

NRR:“ Tengo el apoyo de la FMC que me visita. Saben que todos pueden ir a mi casa”.

Mientras conversaba con la productora Nelvis Reyes Reyes, su mirada denotaba temor, no paraba de mirar hacia los lados. El estar fuera de su entorno, alejada del trinar de las aves y el verde del campo la pone nerviosa, además, el saberse entrevistada sumaba a su inquietud.

Ella es una mujer sencilla, humilde y de pocas palabras. Su mejor manera de decir, es hacer y aún cuando desde su experiencia reconoce que la agricultura es una labor dura, ama el poder permanecer rodeada de la naturaleza. No existe fuerza capaz de apartarla de su terruño, en la tierra y la labranza encuentra esta mujer su felicidad y realización personal, en conexión directa con la vida que germina.

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