Luces y sombras (+Fotorreportaje)

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La ciudad de hoy no es la misma de ayer. Como cambia su gente también lo hace su cuerpo de piedra o madera, cambian sus paisajes, sus luces y sus sombras. La fotografía como certero medio de expresión y arte creativo lo demuestra.
¿Y qué decir de fotografiar a tu pueblo?

Constituye un reto, pero a la vez, un placer en sí. No retratas simplemente sus estilos arquitectónicos, sus calles, atardeceres o simbólicos monumentos. El verdadero placer se halla en lograr o intentar al menos capturar el alma, la esencia de sitios y objetos que, en ocasiones, ya son parte de nosotros.

Aunque no lo parezca, hay una fuente inagotable de posibles postales de nuestro pueblo. Si nos centramos en los alrededores del centro histórico de Jaruco, por ejemplo, podemos transitar, en apenas minutos, de las bellas vistas desde el campanario de la Iglesia hasta los asombrosos atardeceres en la loma del cementerio o los matices y contrastes que genera el parque infantil. Hay tiempo para detenerse a admirar una campana o el remozado Círculo Social y también, para añadir estilos diferentes, a las tradicionales vistas del Museo o el parque Martí.
Se trata solo de estar, apreciar y atrapar la magia con el lente en busca de nuevas capturas. Y así, sin querer a veces, documentamos el presente con sus realidades, y dejamos para beneficio de todos, las diversas interpretaciones que genera una imagen. Respuestas, preguntas, la posibilidad de visualizar desde otra perspectiva lo que con los años se convirtió en ordinario, recuerdos, momentos y el placer de redescubrir hoy esos lugares donde crecimos y vivimos con sus luces y sus sombras.

Hoy nos detenemos aquí, donde en poco menos de 45 minutos de sesión fotográfica, recreamos varias postales de esta zona que, sin dudas, es parte intrínseca del jaruqueño en cualquier latitud.

 

Texto y Fotos : Daniel Sánchez Rodríguez

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