Opinión

Y ahora, ¿qué estudio?

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Las pruebas de Ingreso a la Educación Superior, están a la vuelta de la esquina. Con su aplicación en los días 3, 6 y 9 de mayo, vuelve un tema que parece ser recurrente en nuestra sociedad y es la incertidumbre de los jóvenes al momento de decidir una profesión a la cual dedicarse.

La Revolución Cubana, desde sus inicios, dio gran importancia a este tema, sin embargo aún persisten los desafíos que experimenta la familia cubana cuando se acerca el momento de llenar la boleta de solicitudes de carreras.

A pesar de todas las iniciativas estatales de formación vocacional, es recurrente el sentimiento de los estudiantes, y también de los padres, de sentirse “desamparados” ante esta situación.

Es cierto que cada periodo lectivo se llevan a cabo los eventos de Puertas Abiertas en las universidades, las sociedades científicas, los programas televisivos de formación vocacional, las charlas con especialistas, entre otras, pero el futuro profesional necesita más; siguen existiendo para él lagunas y falta de claridad en muchos aspectos, que dificultan el proceso de elegir una carrera.

En mi opinión, uno de los cambios que podría facilitar esta decisión es que los estudiantes tengan acceso a los planes de estudio actualizados de todas las carreras; ofrecerles orientación con respecto a una serie de cuestiones que, por lo general, no se tienen en cuenta, como son los retos geográficos que posee cada especialidad, ya que muchas de ellas no se estudian en la provincia de origen, lo cual se resume a dificultades añadidas para la familia.

El proceso de formación vocacional tampoco debe detenerse en el momento en que el alumno ingrese a la universidad, pues en esos primeros meses los estudiantes se encuentran con una serie de asignaturas básicas que no lo vinculan con la carrera, ni hacen más esclarecedor su futuro desempeño como profesional. Es conocido que la mayor parte de los estudiantes que abandonan la universidad, lo hacen durante esos dos primeros años, en los cuales es muy probable que no hayan desarrollado un sentimiento de identidad con respecto a la profesión.

En este sentido, se haría necesario ajustar los planes de estudio para que los estudiantes tengan una mayor implicación con la profesión desde los primeros semestres. Si bien esta situación ha tratado de solventarse en los últimos años mediante una mayor vinculación con los centros empleadores, aún son insuficientes los esfuerzos que se realizan para ofrecer al estudiante una visión amplia de la carrera que se dispone a estudiar.

Resulta necesario orientar mejor a la familia, para que el proceso de elección se haga con el conocimiento de todas las opciones posibles. Explicar que tampoco es “el fin del mundo” que no se le asigne la más deseada, y que existen diversas oportunidades, como pueden ser el cambio de carrera, para aquellos que no se hallen satisfechos con su primera elección. Para ello es importante que las reglamentaciones del Ministerio de Educación Superior que existen al respecto circulen libremente y se hallen a disposición de todos, y no se queden destinadas a las secretarías de las universidades y a los confusos entresijos de Internet.

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