Flores y ciencia (+Fotorreportaje)
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En el Instituto de Investigaciones Hortícolas “Liliana Dimitrova” cultivan flores de corte, como material genético para producciones futuras a gran escala. Es la razón de ser del equipo que dirige Virginia Marrero González, ingeniera agrónoma y especialista en flores.
“Tuvimos una afectación durante la pandemia, de casi dos años porque no podíamos viajar constantemente al Instituto. Al fin se volvió a recuperar la producción. Tenemos sembradas en este momento, fundamentalmente, especies de flores de complemento, que son aquellas que acompañan a las flores principales en un arreglo floral. Este tipo de flores son las más difíciles de lograr en nuestras condiciones de clima, y también tiene un buen precio en el mercado internacional”.
Periodista: ¿De estas flores cuáles son las más apreciadas?
VMG: “Tenemos el Áster, su nombre científico es Áster sp, de color violáceo y blanco; el violáceo es el que más crece y mayor desarrollo logra. Es muy apreciado por los floristas. También cultivamos la Solidaga, que se utiliza según los distintos momento de desarrollo de la espiga. Pero casi siempre como debemos cosecharlo es antes de que abra por completo, para que lo haga ya en el arreglo floral, en manos de los clientes”.
P: ¿Cuáles son las proyecciones de trabajo que se plantean?
VMG: “Los floristas quisieran tener todo esto y es por lo que trabajamos nosotros, para que en algún momento ya en próximos años podamos reproducir a gran escala y llegar a los productores para comercializar. Tenemos, a nivel de país, una situación pésima con la producción de flores. Aquí mismo en Mayabeque hemos perdido muchas oportunidades. Teníamos un solo productor en Quivicán y ya no contamos con él. Entonces, si años atrás había problemas para cumplir con diez coronas por fallecido hoy en día no llegamos ni a cinco. Por todo eso trabajamos, y queremos hacer mucho más pese a las dificultades económicas y de recursos. Hacemos todo lo posible porque se mantenga la producción; por lo menos a nivel de instituto nosotros la garantizamos”.
Virginia Marrero González lleva más de veinte años dedicada al cultivo de flores. Cuenta con el apoyo de dos técnicosmuy jóvenes, a quienes reconoce como apoyo fundamental para lograr los resultados actuales en el proyecto.
Con la colaboración de Thalia Guevara